Siempre que una familia se propone renovar el interiorismo de su cocina, dejan las bachas de la cocina para lo último.
Sucede que para la mayoría de las personas es un accesorio secundario, y cualquier cosa les da lo mismo, pero en realidad es un artefacto con el que vamos a interactuar varias veces todos los días, siendo, junto con la mesada, lo que tendrá un uso más intensivo. Por eso es esencial elegirlo bien.
Por otro lado, la mayoría piensa que en el “mundo de los fregaderos” no hay mucho donde elegir. Nada más lejos de la realidad. Existen cientos de modelos que varían en tamaño, materiales, forma, estilos, profundidad, calidad…
Hay tipo pila (como aquellos en los que antiguamente se fregaba la ropa), de acero inoxidable (para un look industrial) o bien integrados en la propia mesada como los fregaderos de cocina de Cosentino, que van perfectos con las mesadas de Silestone.
Además, este elemento puede tener un gran impacto en la imagen de la cocina, tanto si se busca una estética minimalista y que pase desapercibido, como si prefieres que aporte personalidad y carácter al espacio dándole protagonismo.
Qué material elegir para la bacha de cocina
Acero inoxidable
Es la elección más frecuente y favorita por su bajo coste, si bien hay diferentes opciones en calidad y fabricación que pueden aumentar mucho su precio.
En cualquier caso, son los modelos más famosos por su buen resultado (ya que ofrecen resistencia a golpes y a las altas temperaturas) y por su estética con su aspecto moderno e higiénico.
Algo que caracteriza el acero inoxidable y lo diferencia de los demás es su facilidad de limpieza, aunque eso hace que sea propenso a los rayados y a la acumulación de cal, que con el tiempo opaca el brillo distintivo del acero.
A nivel de diseño es muy versátil, otorgando muchas posibilidades de formas, tamaños y composiciones, y este material puede adaptarse a cualquier estilo gracias a su “neutralidad”. La única contra es que se queda corto en variedad de colores.
Bachas de resina (Solid Surface)
Las bachas de cocina a base de minerales y resinas sintéticas tipo Corian, son englobadas en la categoría de Solid Surface, tienen la ventaja de permitir una integración total con las encimeras, creando una sensación de continuidad en toda la superficie.
Al ser las resinas un material completamente moldeable, se pueden crear todo tipo de formas y texturas, aportando diseño, estética y muchas posibilidades decorativas. Además, presentan una gran gama de colores, siendo una opción para quienes que priman el diseño por encima de todo.
Por otro lado, tienen una textura muy agradable y una estética muy limpia, lo que las hace más atractivas que las de acero inoxidable convencional.
Como todo, no todo son ventajas. La principal desventaja es su alto precio (son de las más caras del mercado) y es un material algo delicado, vulnerable a golpes, rayaduras, y al calor directo, cosa que no sucede con el acero inoxidable.
Por lo tanto, quien elija una bacha de cocina de Corian u otras resinas, deberá ser algo más cuidadoso que con uno de acero inoxidable.
Minerales y materiales reciclados
Las bachas de minerales y materiales reciclados también son muy resistentes a los golpes y a los arañazos (como ocurre con los de acero), con la ventaja de la gran variedad de texturas y colores respecto a éstos.
El material es el mismo que se usa en las mesadas (Silestone de Cosentino), por lo que se pueden combinar bachas y mesadas de forma conjunta para que parezcan de una sola pieza, o bien elegir tonos diferentes para generar contraste.
Cerámica y piedra sintetizada
Los materiales cerámicos están a la orden del día en encimeras de cocina y lo empiezan a estar también en fregaderos.
Hay de dos tipos:
Las clásicas bachas de cerámica “tipo pila o pileta”, normalmente brillantes, que suelen sobresalir de la encimera y morder el mueble, muy de moda últimamente y perfectos para amantes de lo vintage o shabby chic.
Los de estética más moderna, basados en innovadoras superficies ultracompactas de alta resistencia y fácil mantenimiento (tipo Dekton), similares a los que hoy en día encontramos en encimeras de cocina.
Ambos materiales ofrecen muy buena resistencia a los rasguños y al calor.
Su principal desventaja en cambio es que si sufren golpes muy fuertes (una olla que se cae, etc.) pueden quedar muescas por saltarse el material, además de ser de precio más elevado que otras opciones.
Mármol
El mármol tiene una gran fama que lo precede por ser un material resistente, pero es difícil de mantener, ya que es delicado y se mancha con mucha facilidad.
Además, aunque es resistente al calor ya que no se quema, no tolera del todo bien el calor directo. Por eso hay que tener cuidado con detalles como no dejar directamente en la pileta las ollas o sartenes calientes recién sacadas de la placa de cocción por si dejan cerco.
Si además es mármol pulido, hay que tener cuidado con líquidos que lleven ácidos, pues pueden dañarlo y hacerle perder el brillo.
En cualquier caso, las piletas de mármol también son una opción a tener en cuenta, y tienen la ventaja de poder integrarse a la perfección en la mesada, fabricándose de una pieza entera y permitiendo una continuidad visual en los materiales.
Estos son todas nuestras recomendaciones sobre materiales para bachas o piletas de cocina.
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