La tapicería
El tejido a elegir dependerá del uso que se le vaya a dar, la preferencia al tacto o la situación familiar (por ejemplo si tienes hijos y quieres una tela que no se manche, etc.)
No todas las telas valen para tapizar un sofá, ya que deben ser más resistente que otras utilizadas para otros fines (ej. cortinas). Las más habituales son:
Algodón: fresco, confortable, resistente; lo malo es que suele arrugarse
Lino: natural, controla la humedad; tambien suele arrugarse
Loneta: tejido de algodón resistente y grueso, aguanta y no se arruga
Chenilla: cálido, agradable al tacto y resistente a la arruga. Es habitual encontrarla en tejidos de poliéster, acrílicos o algodón
Tejidos sintéticos: firmes, resistentes, antimanchas, versátiles
Terciopelo: suave, sofisticado y elegante
Otros: lana, piel, etc.
Tipos de estructura
La estructura es el armazón del sofá, lo que le da cuerpo a la pieza.
Los materiales más habituales para la estructura del sofá suelen ser los siguientes:
Madera maciza (pino, abeto o haya): son robustos y llevan más aros cuanto más tratada esté la madera. Suele recubrirse de gomaespuma de alta calidad y fibra termofusionada.
Estructura metálica (aluminio, hierro, acero): son muy resistentes. Son recomendables para quienes cambien seguido de casa, aunque son más caros que los de madera. Las estructuras de aluminio son ideales para sillones que incorporen mecanismos (ej. sofás cama). Las estructuras de hierro pueden oxidarse en climas húmedos, como ciudades en la costa.
Aglomerado de madera: son menos resistentes ya que pueden deformarse y arruinarse con un uso intenso continuo pero son los más económicos, por lo que son interesantes para pisos de alquiler.
Bastidores
Son una sub-estructura dentro de la estructura del sofá y otros sillones.
Cumplen la función de ser esqueleto de los asientos, que junto a la estructura elástica forman el interior del sofá y el soporte sobre el que se asientan las personas (también pueden estar en respaldos, aunque no es tan común).
Los más comunes están cerrados con tiras elásticas entrecruzadas que se tensan y grapan al armazón. A veces las cinchas se aflojan o se sueltan, y por eso sentimos una sensación de hundido en el sofá.
También hay tiras elásticas entrecruzadas con muelles, bastidores metálicos y bastidores de muelles bicónicos (antiguos), hoy usados solo en sofás de estilo clásico de muy alta calidad y precio.
Las patas
Las patas pueden ser parte de la estructura del sofá o venir atornilladas aparte.
Las primeras son más seguras y las segundas permiten un intercambio siempre que se quiera.
Las patas pueden clasificarse así:
Según su altura: alta, baja, graduable o directamente sin patas (tipo chill-out)
Según su material: madera, metal, lacada, de PVC
Según su forma: varían según la forma o estructura de la pata, como por ejemplo:
Recta o lingote: pata rectangular de unos 4 cm de altura
Cuadrada: pata bajita de forma cuadrada
En escuadra: en forma de L, de unos 6 cm de altura
Cónica: de unos 10 cm de altura, práctica a la hora de limpiar
En U: estructura en forma de U con el fondo del sofá
El relleno
El relleno del sofá es casi tan importante como la tapicería y suele combinar distintos materiales.
Cada persona tiene sus preferencias respecto a la dureza del sillón al momento de sentarse (firmes, blandos o mullidos), por lo que cada relleno será diferente.
Entre los rellenos más habituales tenemos:
Pluma o plumón: es un material natural, el más cómodo pero a la vez el más caro, pierde volumen con el tiempo y requiere mantenimiento. No es recomendable para un sofá de uso diario.
Espuma: es económico y duradero, aunque algo duro, ya que no se amolda al cuerpo al sentarse. Viene en distintas densidades:
La de baja densidad (20Kg), de firmeza suave o media se usa para respaldos.
La de alta densidad (35Kg), llamada también espuma HR, de alta resiliencia o espuma de poliuretano, se utiliza para asientos, es muy duradera, resistente al desgaste y la flacidez, y permite elegir entre distintas firmezas.
La espuma con memoria (también llamada placa soft) es una nueva gomaespuma que se adapta al cuerpo y recupera rápidamente la forma. Ideal para personas con dolor muscular, aunque si soporta mucho peso por mucho tiempo luego se deformará.
Fibra: suele ser de poliéster y genera sensación de “hundimiento”. Puede ser soplada (muy suave) y de bolsillo (esponjosa y “rebotadora”). La fibra hueca siliconada o de poliéster siliconado es muy cómoda y recupera rápidamente la forma. Suele utilizarse para respaldos y brazos, aunque no se aconseja en climas muy cálidos porque el calor la deforma.
Poliéster: económico, liso, duradero e hinchable. Viene en varias densidades. Existe con imitación a plumón para personas con alergias.
Guata: en algodón, lana o poliéster, suele usarse en almohadones de espuma para mantener el relleno suave.
¿Y la estética? Tips finales para elegir sofá
Como vemos, a la hora de elegir un buen sofá hay que tener muchos temas en cuenta.
Además, el sofá es uno de los pocos elementos de la casa que es necesario probar antes de comprar. No se recomienda comprarlo por catálogo o por internet sin haberse sentado como mínimo en uno parecido.
Pero además de tener en cuenta todo lo anterior, debemos tener en cuenta la estética, ya que al ser el sofá un elemento con tanta presencia, si no lo elegimos de acuerdo al mood del resto del Estar, puede arruinar la belleza de todo el ambiente.
Así que vamos concluir este post dando algunos tips para elegir un lindo sofá:
Por estética, los asientos del sofá deberían ser de un mínimo de 80cm de ancho.
Los sofás rinconeros rectos se ven mejor con el módulo de esquina cuadrado, en lugar de en chaflán; aunque el último sea más práctico ya que permite sentarse en la esquina.
Los sofás rinconeros se ven mejor si el respaldo de uno de los lados no llega hasta el final o si en un extremo no lleva apoya brazos
En diseños generales, cuanto más bajo es el respaldo, más estético quedará y más amplitud visual aportará al salón, aunque serán menos prácticos (80-85cm es una altura equilibrada.)
Quedan mejor estéticamente los sofás cuya estructura de respaldo coincide con el almohadón, que aquellos que dejan ver la estructura a los lados
Si buscas ligereza visual o ampliar visualmente el espacio, los sofás con patas y los de formas curvas funcionan mejor que los rectos o los que van a suelo.
Terminamos con un par de tips prácticos:
Cuando las patas son parte de la estructura (es decir no son un elemento externo atornillado) el armazón será más seguro y no se aflojarán al moverlo. Para comprobarlo, prueba a levantar una pata por el lado delantero y mira si la otra queda a igual altura
Las patas cromadas son ideales para suelos duros y sofás de exterior (césped), mientras que para suelos delicados o deslizantes serán mejor las de madera
Cuando pruebes un sofá, hazlo de distintas formas (sentado, medio tumbado, etc.) y trata de que lo prueben todas las personas que lo vayan a usar
Estos son todas nuestras recomendaciones sobre sofás y sillones.
Si te quedan dudas o necesitas un consejo para tu caso particular, podés comentar esta publicación o enviarme un mensaje por Instagram.
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