Este es el segundo articulo de una trilogía sobre iluminacion para baños. En el articulo de la semana pasada hablabamos de las nociones generales. En el próximo artículo vamos a hablar de distintos efectos de iluminación para generar diferentes sensaciones.
Entrar a una tienda de iluminación puede hacernos pensar que no saldremos más. Cientos de luces encendidas pueden volverse cegadoras. Luego nos vamos a enfrentar a estantes llenos de opciones, formas, colores, precios y usos para elegir, en la sección de las ampolletas, bombillas o focos.
En cada paquete, tablas informativas con números que parecen no tener ningún sentido. Lúmenes, temperatura de color, potencia, rendimiento. Demasiados términos como para no confundirnos. Pero para no renunciar a todo, elegir la opción más barata y sentirnos como en una funeraria siniestra al encender la ampolleta, existe información básica que nos puede ayudar.
Sabemos que un buen diseño de iluminación puede mejorar enormemente un diseño arquitectónico y el bienestar que sentiremos en él. Y que una iluminación deficiente puede arruinarlo o afectar negativamente nuestra experiencia.
En este artículo vas a aprender los tipos de lámparas que existen, cuándo es mejor usar cada una, y conceptos útiles de iluminación relacionados a la arquitectura y el diseño de interiores.
Tipos de lámparas más comunes
Incandescentes
Eran las más usadas en el pasado. Las bombillas incandescentes fueron el primer tipo de lámpara. Usaban la electricidad para calentar un filamento en su interior, lo que generaba luz. Un gran punto en contra es que sólo alrededor del 5% de la electricidad consumida se transformaba en luz.
El resto se convierte en calor, lo que hace que sean muy ineficientes. Debido a este desperdicio de energía, muchos países han prohibido su producción y comercialización.
Su luz característica es suave, amarillenta y agradable a la vista.
LED (Light Emitting Diode)
Las bombillas LED cubren casi todos los formatos, funciones y tipos de lámparas, y son las más usadas en la actualidad. El LED es un diodo semiconductor, compuesto de cristales de silicio y germanio, que emite luz cuando se energiza.
Consumen poca electricidad, por lo que prácticamente no generan calor (que es energía consumida de forma ineficiente), y tienen una larga vida útil. Con esta tecnología se puede construir en todo tipo de presentaciones: bombillas, tiras y placas, de varias temperaturas de color y posibilidades de iluminación diferentes.
Halógenas
Las halógenas son bombillas incandescentes que usan un gas halógeno para aumentar su emisión de luz y su vida útil, aumentando su eficiencia y consumiendo menos energía. Debido a que también consumen mucha electricidad durante su funcionamiento, han perdido espacio frente a los LED.
Fluorescentes
Los focos fluorescentes son conocidos por su eficiencia, larga vida útil y bajo costo. Pueden ser compactos o tubulares. La forma varía mucho, pero el funcionamiento siempre es igual: un tubo de vidrio recubierto internamente con un producto a base de fósforo. Una corriente eléctrica conducida a través del tubo, que también contiene argón y vapor de mercurio, genera luz ultravioleta invisible.
El revestimiento interno a base de fósforo es lo que la convierte en luz visible. Debido a la presencia de metales pesados en su composición, como el mercurio, no se debe tirar en el cesto de basura común de nuestras casas.
Conceptos de iluminación en diseño de interiores
Temperatura del color
No se refiere a la temperatura física del foco, pero es un parámetro que determina el "tono de color" emitido por el foco. Su unidad de medida es Kelvin (K). Cuanto mayor es la temperatura, más fría es la luz. Las lámparas incandescentes tienen una temperatura de alrededor de 3500k (Kelvin), mientras que las lámparas fluorescentes están en el rango de los 6000k.
Las luces más cálidas nos relajan más, mientras que las luces frías son estimulantes. En este artículo discutimos la relación entre la temperatura de la luz y el estado de ánimo. Las luces azules también pueden tener efectos no deseados en nuestra salud.
Flujo luminoso
Es la cantidad total de luz emitida, cada segundo, por una fuente de luz para producir un estímulo visual. Su unidad es el lúmen (lm). Existen tablas que indican la cantidad adecuada de lúmenes por metro cuadrado para cada espacio. Este valor generalmente es dado en lux (lx), que corresponde a una unidad de iluminación o iluminancia, o un lumen por cada superficie de un metro cuadrado.
Potencia
Se trata del consumo de energía de la ampolleta, medida en vatios o watts (W), que no tiene nada que ver con su nivel de emisión de luz. Por ejemplo, una bombilla incandescente de 60W emite el mismo flujo luminoso que una bombilla LED de 8W o una fluorescente de 18W.
Hay productos que indican la eficiencia o la salida de luz, expresada mediante la unidad de lúmenes/vatio, indicando cuántos lúmenes produce la lámpara por vatio de energía que consume.
Ángulo de abertura
Esta información no siempre es tan evidente en el empaque. Pero para los arquitectos puede ser muy importante. Es el ángulo de apertura de la luz, desde el artefacto emisor.
Hay focos que están hechos para iluminar elementos específicos –por ejemplo, una pintura–, como las PAR 20 o las dicroicas. En este caso, sus ángulos son más pequeños. Otras lámparas, que sirven para iluminar espacios más grandes, deben tener ángulos mucho más amplios.
Estos son los tips de la semana sobre bombillas y tipos de iluminación para tu baño.
Si te quedan dudas o necesitas un consejo para tu caso particular, podés comentar esta publicación o enviarme un mensaje por Instagram.
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